viernes, 24 de agosto de 2012

Medias verdades y mil mentiras en torno al Lobo Ibérico

Recientemente ha autorizado el Principado de Asturias, en connivencia con el Ministerio de Medio Ambiente - lamentanblemente y para pesar de todos los que nos sentimos profundamente ligados a la Naturaleza - batidas en el territorio que ocupa el Parque Nacional de los 'Picos de Europa'. So pretexto del 'Plan de Gestión del Lobo', aprobado en el año 2002 y argumentando que existe una superpoblación de este cánido en la zona, se ha decretado, por enésima vez, la guerra al lobo. Somos plenamente conscientes de la dureza del mundo rural (¡cómo no serlo!) y sabemos de los problemas que se le presentan al ganadero a la hora de poder vivir y mantener a su familia gracias a su trabajo. Somos, asimismo, prefectamente conocedores de que, en la biología del lobo, la caza de reses de ganado menor (oveja y cabra) así como recentales de vacuno o equino representa un porcentaje real de la dieta del animal.


Se nos intenta presentar ahora al lobo como un competidor del hombre en el terreno del mundo del campo, donde ambos están obligados a un forzoso entendimiento. De triste recuerdo son las ‘Juntas de Extinción de Alimañas’ que, durante el franquismo, premiaron a las gentes que - bien por necesidades económicas o bien por ignorancia en materia ecológica – hicieron de la caza sin control de animales de presa un negocio rentabilísimo. Para fortuna del lobo y por extensión, para fortuna de España, la imagen de los depredadores ibéricos cambió radicalmente gracias a los nunca suficientemente loados trabajos del doctor Rodríguez de la Fuente, gracias a los cuales se consiguió que el mensaje conservacionista calara hondo en las gentes españolas de la época. No se cansaba Félix en sus geniales reportajes de la serie “Fauna Ibérica” - de su celebérrimo programa ‘El Hombre y la Tierra’ - de subrayar la importancia de que se protegiera a los animales más esenciales (lobo incluido) “en todo el territorio nacional y durante todas las épocas del año”. A treinta y dos años de la muerte del naturalista burgalés, corremos el peligro de que una fisura surja en su sólido mensaje para las generaciones venideras, aquellas a las que él legó un nuevo modelo de ecologismo (modelo que consideramos el único viable). Sería un grave error por nuestra parte permitir, haciendo de la pasividad bandera, que se marcara un precedente de tan gravosa magnitud como creemos supone el hecho de que en un Parque Nacional (¡cuyo objeto es la preservación de la biodiversidad de ese territorio!) se permita dar muerte al lobo ibérico. Consideramos a este animal mucho más que eso, lo tenemos por símbolo y emblema de la España que resiste ante los ataques furibundos del capitalismo especulador que cada día nos arrebata parte del grandioso e innegociable patrimonio natural del que gozamos aún en nuestra nación.


Abogamos nosotros por una gestión responsable del medio rural, proporcionando al lobo los recursos, físicos y biológicos, que precisa para su correcto desenvolvimiento en los nichos ecológicos que ocupa. Creen algunos de su propiedad el territorio patrio, mas no es menos propietario del mismo el lobo que el hombre. La vía que asumimos como propia es la esbozada por citado doctor Rodríguez de la Fuente, quien apostó con suma entrega por una compaginación del universo ganadero con la preservación de la fauna y flora autóctonas. Dejamos para otros el debate sobre la caza llamada deportiva, pues es demasiado arduo y farragoso como para abordarlo en unas líneas, pero no entendemos que el carnívoro más emblemático, junto al lince, de la Península Ibérica pueda ser considerado como mero trofeo cinegético. Basan en un supuesto control de la población de lobos la autorización para darles muerte en los Picos de Europa, a lo que respondemos con una mueca de descontento al preguntarnos si no es culpa enteramente humana que el lobo no halle suficientes presas naturales – ciervo, corzo, etc. – y se vea obligado a tener que matar unas cuantas cabezas de ganado para satisfacer sus necesidades alimenticias. Mucho nos tememos que con este polémico anuncio, los desaprensivos cazadores furtivos vuelvan a llenar las entrañas de los lobos de plomo, sembrar los campos de cebos envenenados o disponer lazos por todo su hábitat. Hacemos desde aquí nuestra humilde llamada a la cordura y pedimos que no sólo no se atente contra ese bello animal, sino que se manifieste la más firme oposición a tal afrenta desde todas las esferas posibles. El lobo ibérico es para nosotros la más viva herencia de Viriato, la esencia misma de Hispania.

Destacamos, por último, que para la elaboración de esta entrada hemos contado con la palmada amiga del naturalista y biólogo – además de singular y gran tipo - Luis Miguel Domínguez, que ha tenido a bien responder al requerimiento de este blog poniendo título , con gran acierto, a esta reflexión (“Medias verdades y mil mentiras en torno al Lobo Ibérico”). Su ecologismo activo y pragmático lo suscribimos animosos y hacemos nuestras, si no todas, la mayoría de sus críticas al Estado en relación a la temática medioambiental. Nuestro más sincero agradecimiento por su colaboración y labor.


Apoyamos desde este blog todas las iniciativas para que esta catastrófica medida sea revocada a la mayor brevedad posible. Algunas son:

'Aúlla por el lobo', organizada por el naturalista y biólogo Luis Miguel Domínguez.

'Ayuda a evitar las matanzas de lobos en el Parque Nacional de Picos de Europa', recogida de firmas.


Marcvs


1 comentario:

  1. ¡Bravo Marcvs! Me encanta esta entrada.
    El actual gobierno victima de su fiebre del mal gobierno sigue cometiendo graves errores que redundarán en el futuro de todos nosotros. Se sigue acometiendo cuestiones vitales para la Nación con una burda sordidez que podría superar a las del anterior “ejecutivo”.
    En otros países se buscan soluciones alternativas, con mayor o menor éxito, pero que, sin embargo, denotan un compromiso real por buscar una solución de equilibrio entre el hombre y el canis lupus.
    Por ejemplo, se está experimentando con grabaciones y reproducciones de aullidos de machos alfa que alejan a otras manadas al advertirles que el territorio ya está ocupado. Además, a los ganaderos que aceptan estos medios experimentales se les indemniza justamente por la muerte de alguno de sus animales ante un ataque real de algún lobo. Con ello se persigue precisamente evitar esas temibles cazas indiscriminadas.
    Igualmente me sumo en los agradecimientos a Luis Miguel Domínguez y muestro mi simpatía y adhesión a las iniciativas presentadas.

    Jonsista (@JONS1931)

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