domingo, 9 de septiembre de 2012

Onésimo Redondo y los productos españoles

La actual crisis económica que asola a Europa parece ser invulnerable a los esfuerzos de los pueblos para combatirla. Nos insisten desde todas las instancias del poder establecido que de este pozo sólo saldremos con sacrificios "dolorosos pero necesarios" - curiosamente se sacrifica al pueblo y no a los culpables del desmán -, pero nosotros creemos que las masas no son meras bestias de carga sobre las que acarrear todos los esfuerzos que se precisan y a las que se les pueda arrear con furibundos ataques a sus derechos más esenciales (sanidad, educación, cultura...). Pensamos que, desde acciones cotidianas y populares, podemos dar un espaldarazo a la economía española. Obviamente, para apoyar la actividad comercial patria, hemos de promocionar y consumir preferentemente productos y servicios netamente hispanos, cuyos beneficios repercutan en su mayor parte en la balanza económica española. Mucho antes que nosotros supo ver este problema Onésimo Redondo, que nos dejó un pequeño texto que, dado su acierto y su rotunda actualidad, reproducimos a continuación:


PRODUCTORES Y CONSUMIDORES ESPAÑOLES

Mientras el mundo entero, saturado de productos y con millones de obreros sin trabajo, dificulta la entrada de los productos extranjeros; mientras con pretextos

 diversos se cierran las puertas a nuestros productos: vinos, frutas, pieles, etc., los españoles siguen consumiendo, sin necesidad, productos extranjeros, o por ignorancia o por desprecio de lo español.

Cada peseta invertida en comprar un producto extranjero es una peseta robada a los obreros españoles, a la industria española, a la economía española, a España.

El que sin necesidad compra artículos extranjeros es un traidor a la causa de España.

¡Para ayudar a resolver el problema del paro! ¡Para que nuestra economía se desenvuelva mejor!.

¡Para que España sea más rica! ¡¡¡No hay que comprar productos extranjeros!!!

(Libertad, núm. 8, 3 de agosto de 1.931)




* Abordaremos, más adelante y en más profundidad, la cuestión - ineludible e importantísima - de la proliferación de comercios extranjeros en suelo español y su repercusión en los comerciantes españoles.




Marcvs



1 comentario:

  1. Desconozco si se debe mostrar complacencia al comprobar que el texto de Onésimo sigue vigente hoy en día o, por el contrario, debe invadirme la amargura al pensar que todo el bagaje histórico que ha transcurrido desde su concepción no nos ha aportado solución válida alguna. En cualquier caso agradezco su aporte para “Rutas y lides hispanas”.

    "El consumo de la producción española es cuestión de reciprocidad, no criminalices nuestra riqueza".

    Jonsista (@JONS1931)

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